Ella era una mujer de tantas a las que le tocó vivir el cambio, de esas que dicen algunos que vivieron la liberación y que fueron abanderadas de su época. No distinguió en nada, no era una mujer pública, simplemente dentro de su entorno se rebeló. Era una de esas rebeliones que surjen en le mente: "cuando yo tenga hijos", " cuando yo sea mayor".
Quizás le faltaron unos años para haber sido más atrevida y haberse librado de tantos estereotipos, le faltó valentía ¡¡Cuantas veces quiso ser hombre!!!
En su casa familiar siempre al mando del resto, cumpliendo normas y horarios y encubriendo a otras para que no lo hicieran.
Sin embargo se lanzó a la aventura de la vida en pareja sin apenas darse cuenta, tuvo hijos y trabajaba 14 horas diarias. No vivió la infancia de sus hijos pensando que eso era cosa de dos, pero todavía no era el momento.
Fracasó en su intento. Decididamente tenia que haber nacido mas tarde.
En sus últimos días me contó que no era feliz y que no recordaba muchos momentos felices.Esos momentos llenos de paz, sosiego y risas continuadas. No, no había sido una mujer feliz.
Su segundo acompañante era un error, un horror de mal genio, egoísta y orgulloso y sin embargo, no sabia como escapar de su influencia. Se sentía humillada.
Cuando me dijeron que se había ido no me sorprendió. Allí estábamos muchos amigos que nos esperábamos su marcha y que no quisimos retenerla.
Ella transmitía seguridad, valentía, arrojo y alegría y sin embargo su vida fue un mal camino con un final feliz.
Siempre recordare su ultima frase "haz lo posible por ser feliz".
Hasta siempre amiga.
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